En sus frontones, la palabra "resistir", de Julia Malye, escritora
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En la fachada de la librería Books and Books de Miami, decenas de títulos de novelas están pintados en negro: El gran Gatsby, El guardián entre el centeno, Beloved, Las uvas de la ira. Sobre la puerta, la inscripción: «La censura nos hunde en la oscuridad». Como explica Mitchell Kaplan, fundador de la institución en 1982, el mural no data de la última elección de Trump ni de la ola de censura que ha azotado el estado de Florida desde 2021. «Se hizo hace más de una década. En este país, los libros siempre han sido un tema controvertido», afirma. «Lo novedoso es ver que la censura ya no proviene de pequeños grupos privados. Se ha convertido en un arma del gobierno».
En las escuelas de este estado predominantemente republicano, las prohibiciones de libros están en aumento. Aquí, un ciudadano puede solicitar que se retire un libro del currículo escolar. Mitchell, también cofundador del Festival del Libro de Miami, teme que las librerías se conviertan en los próximos objetivos. Soy invitado de Books and
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